José López, coleccionista de camisetas

La pasión en la piel. La camiseta del Once Caldas representa mucho para el hincha. Es, ni más ni menos, su segunda piel y su posesión más “sagrada”. Ocupa un lugar especial en su guardarropa y está reservada para vestirla con orgullo el día del partido. Es todo un rito con el que manifiesta su respaldo incondicional y se integra a la afición, para hacer parte vital de su equipo.

José López, diseñador de modas manizaleño, de 31 años, es un fan que decidió elevar esa pasión a otro nivel hasta convertirse en el aficionado que posee más camisetas del conjunto “blanco”. Su sentimiento es un legado familiar que le fue compartido por sus padres que desde niño lo llevaro al estadio “Fernando Londoño” en los años 80, a ver al Cristal Caldas.

Su primera camiseta la compró en 1998, época en la que nacía la tienda Once, y desde ese momento le surgió la idea de hacerse coleccionista. Hoy su recopilación desbordó los límites de cualquier hincha y la capacidad de su clóset: “Tengo alrededor de 120 prendas, de ellas 100 camisetas, empezando por la de 1980 sin fallar año tras año hasta hoy”.

En su armario están: el buzo azul de Juan Carlos Henao de los primeros partidos de la Copa Libertadores de América en el 2004, la camiseta del título de la Copa de la Paz de 1983, la de Sergio Santín de 1992, la de Daniel Tílger de 1993, una de Edwin Congo de 1999, entre muchas otras. Entre las más escasas tiene la camiseta roja, la única vez que el equipo compitió de ese color, en un partido frente al Tuluá, que se la regaló Rubén Darío “el chusco” Velásquez, autor del gol del empate 1×1 en esa fecha.

Recopilar esa cantidad de prendas es una tarea compleja y además costosa: “Es una afición de sacrificio, hay gente que le pone valor, algunos jugadores las regalan a pesar de que se las cobran, y para comprarlas en la tienda es cuestión de definir prioridades”. José es feliz con su pasión por el Once Caldas y por sus prendas, por eso invita a los caldenses a mantener siempre su respaldo por una institución que es un emblema del departamento: “A veces oigo gente que no apoya por los jugadores, nosotros vamos al estadio por la pasión por nuestro equipo, por el escudo, por los colores, por lo que representa este equipo, a los hinchas los invito a que amen al Once Caldas, vayan al Palogrande, y compren la camiseta que es una forma de apoyar al equipo y que la guarden como un tesoro”.

José cuenta que una vez le ofrecieron $5 millones de pesos por su colección pero dijo que no está en venta y que preferiría donarla al equipo. La camiseta más difícil de conseguir es con la que el equipo jugó en la inauguración del estadio Palogrande en 1994.

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